quarta-feira, 26 de setembro de 2007

Kirchner, muy duro con Irán: dijo que no colaboró en la causa AMIA

El Presidente les pidió "a todas las naciones del mundo" que intercedan ante Teherán para que colabore con los jueces que investigan el atentado. Cumplió así con la promesa que le había hecho a la comunidad judía.

NESTOR KIRCHNER, AYER, EN NUEVA YORK,
AL DAR SU ULTIMO DISCURSO COMO PRESIDENTE ARGENTINO
ANTE LA ASAMBLEA DE LAS NACIONES UNIDAS.

Walter Curia NUEVA YORK ENVIADO ESPECIAL CLARÍN
wcuria@clarin.com


En un escenario altamente sensibilizado por la amenaza de una nueva guerra en el Golfo Pérsico, el presidente Néstor Kirchner cumplió su compromiso con la comunidad judía argentina: denunció ayer a Irán ante la ONU por su falta de colaboración con la Justicia argentina en la causa que investiga el atentado contra la AMIA y pidió "a todas las naciones del mundo" que intercedan ante el gobierno de Teherán para que cumpla con ello.

En su último mensaje ante la Asamblea General -el quinto como jefe de Estado argentino- Kirchner despejó cualquier duda sobre la fortaleza con que asumiría ese reclamo. Los dos párrafos que siguen son textuales del Presidente:

"Quiero dejar sentado aquí, en el seno de las Naciones Unidas y ante el resto de los países del mundo, que hasta hoy, lamentablemente, la República Islámica de Irán no ha brindado toda la colaboración requerida por la Justicia argentina para el esclarecimiento de los hechos."

"Esperamos que la República Islámica de Irán, en el marco del derecho internacional aplicable, acepte y respete la jurisdicción de la Justicia argentina y colabore eficazmente con los jueces argentinos para lograr el sometimiento a juicio de las personas imputadas en aquellos hechos."

Kirchner repasó los últimos trámites de la causa judicial y reclamó a Interpol que ratifique su recomendación de noviembre pasado para dar prioridad a la captura internacional de cinco ciudadanos iraníes y un libanés sospechados de decidir y planificar el atentado. Irán apeló ante Interpol por la situación de sus ciudadanos, algunos de ellos ex diplomáticos. El organismo deberá definir su situación en su próxima asamblea en Marruecos, en noviembre próximo.

"Estamos pidiendo que la República Islámica de Irán colabore en la aplicación de las normas del derecho internacional para posibilitar arribar a la verdad. Nada más. Pero tampoco nada menos", afirmó.

El mensaje de Kirchner fue seguido por representantes de organizaciones judías argentinas, especialmente invitadas por el Presidente a asistir a la Asamblea junto a la delegación oficial argentina. Kirchner mencionó que entre ellos estaban presentes un grupo de familiares de las víctimas.

El discurso fijó la posición de su Gobierno sobre una vasta agenda de cuestiones internacionales, con la que el Presidente pareció querer saldar cierta deuda personal con esos temas en sus cuatro años de gestión. Multilateralismo; la situación en Irak; la reforma de la ONU; las distorsiones en el comercio internacional, el cambio climático y la situación de los derechos humanos en el mundo estuvieron en su discurso.

Sin embargo, la cuestión iraní apareció como la de mayor potencia. Kirchner fue sucedido en el estrado por el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, que generó una situación de histeria colectiva desde su llegada el lunes a Nueva York.

Conviene rescatar una frase de su mensaje en farsí: Ahmadinejad habló de la llegada de un "dulce aroma de justicia" y una era de "brillo" para la humanidad, en la que "América y Europa se verán librados de las presiones ejercidas por los sionistas". La senadora Cristina Kirchner y el canciller Jorge Taiana permanecieron en el recinto de la Asamblea mientras duró el discurso de Ahmadinejad.

Kirchner llegó hasta esta Asamblea en medio de presiones cruzadas de la comunidad judía argentina y el gobierno iraní sobre la cuestión AMIA.

Como anticipó este diario en los últimos días, la AMIA aumentó su demanda al Gobierno de un explícito reclamo a Irán, y llegó a poner en duda su presencia aquí. Del otro lado, el encargado de Negocios iraní en Buenos Aires, Mohsen Baharvand, advirtió en una entrevista con Clarín que un reclamo de Kirchner a Irán ante el mundo "sería interpretado como que la Argentina está a favor de la guerra". La Cancillería citó al diplomático y le transmitió que consideraba "inaceptables" esas declaraciones.

Aún con la potencia del reclamo, fue visible la búsqueda de Kirchner de cierto equilibrio entre los reclamos a Irán y las posiciones tradicionales de la política exterior argentina, en medio de los vientos de guerra que sacuden el Golfo Pérsico.

Una alta fuente de la delegación argentina lo expuso de esta manera: "El Presidente no politizó el reclamo. Puso blanco sobre blanco el asunto y pidió algo. No veo, eso sí, cómo se nos responderá en la práctica".

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